El fortalecimiento de las instituciones y los avances democráticos y macroeconómicos de los últimos años -con alguna excepción- han configurado la nueva América Latina. No obstante, quedan reformas pendientes para aumentar la seguridad jurídica, luchar contra el narcotráfico y la corrupción, lograr políticas fiscales más distributivas con el fin de reducir la pobreza y avanzar en la integración regional.
La Unión Europea y América Latina han desarrollado durante la última década una relación especial por las Cumbres Unión Europea-América Latina y Caribe, la cooperación de los países europeos y de la UE, y los acuerdos de asociación con México y Chile, y estratégicos con Brasil y -en negociación- con México.
Esta relación se ha desarrollado paralelamente a las inversiones europeas en las Américas y al incremento de los flujos migratorios. Sin embargo, la incidencia de la Política Agrícola Común en los productos latinoamericanos y las medidas europeas sobre inmigración dificultan, en ocasiones, estas relaciones basadas en historia, cultura y valores comunes. |