La Embajadora de Suecia en España, Cecilia Julin, fue la invitada de honor de uno de nuestros desayunos. En un ambiente muy cordial comenzó su intervención con una exposición de su país, destacando su tamaño medio, con 9,5 millones de habitantes y una monarquía con democracia parlamentaria y con una sola Cámara legislativa, formada por 349 diputados elegidos cada cuatro años, siempre en un día fijo, el tercer domingo del mes de septiembre. Es un país muy abierto al resto del mundo con una política de libre comercio, buscando siempre mercados fuera (el 50% de su PIB proviene de las exportaciones), con un crecimiento económico del 2,5% y una tasa de paro del 8%. , si bien es cierto que el paro juvenil se sitúa en el 23%. En política exterior también destacó su fuerte impulso en los últimos años a su relación con América Latina.

Es uno de los países líderes en los ranking mundiales de innovación. La cremallera, el marcapasos, el cinturón de seguridad o las plataformas digitales (skype, spotify) son algunos de los inventos suecos más reconocidos mundialmente. Esto se debe a una alianza del capital público, que invierte un 3-4% de su PIB y el capital privado, que hace un gran esfuerzo en este sentido ya que supone el 75% de ese porcentaje. Por otro lado, destacó igualmente la política de su país en servicios sociales y salud, así como en el cuidado de los mayores, con la introducción de nuevas tecnologías, que permiten mejorar su calidad de vida en su propia casa.

La Embajadora Julin continuó su intervención comentando el proceso de entrada de Suecia en la Unión Europea en 1995, en una negociación conjunta con Austria, Finlandia y Noruega. Sin embargo, para la entrada al euro, se celebró un referéndum en su país en el que salió ganador el no, por lo que Suecia mantiene actualmente su propia moneda, la corona sueca.

En el coloquio posterior con los asistentes se trataron un gran número de temas como la posición de Suecia ante la política bancaria y migratoria europea, el mercado digital único europeo, el modelo educativo nórdico o las medidas ante el envejecimiento de la población europea, que afecta a varios ámbitos, entre otros.