V WEBINAR. Reflexiones en directo
ÁNGEL GURRÍA
Secretario General de la OCDEJOSÉ IGNACIO SALAFRANCA
Vicepresidente de la Fundación Euroamérica-
COVID-19 y América Latina: prioridades para enfrentar la pandemia y la reconstrucción
Palabras de Ángel Gurría
Estimado Presidente Jáuregui, Vicepresidente Salafranca, Señorías,
Es un placer ser parte de este importante evento sobre “COVID-19 y América Latina: prioridades para enfrentar la pandemia y la reconstrucción”.
Antes de comenzar, me gustaría agradecer a la Fundación Euroamérica por darme la oportunidad de compartir con ustedes algunas ideas sobre la crisis COVID-19, su impacto en América Latina y las prioridades que deberían guiar la respuesta a la crisis y liderar el camino hacia una reconstrucción que no solo sea rápida y vigorosa, sino también resistente, inclusiva y sostenible.
Una crisis sin precedentes
Hace solo dos semanas, la OCDE actualizó su Perspectiva económica, y la imagen es sombría. Nuestras previsiones indican que este año enfrentaremos la mayor recesión en los 60 años de historia de la OCDE. Dada la incertidumbre que rodea el desarrollo de COVID-19, presentamos dos escenarios en el Outlook. El primero considera que el virus está bajo control e indica una contracción del 6% en el PIB mundial para fines de este año. Esta cifra empeora a una caída del 7,5% en el segundo escenario, en el que se produce un segundo brote de la pandemia.
Las previsiones para América Latina son igualmente negativas. Los países que seguimos en nuestra Perspectiva (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México) experimentarán caídas en el PIB de entre 4% (Costa Rica) y 8.3% (Argentina) en el escenario más favorable.
También debemos recordar que esta crisis golpeó a América Latina en un momento de gran incertidumbre y dificultades marcadas por un crecimiento muy bajo (con un promedio regional de 0.1% en 2019), altos niveles de desempleo e informalidad, clases medias vulnerables en sociedades altamente desiguales, y un aumento de la pobreza y la pobreza extrema en varios países de la región. Todos estos factores contribuyeron al descontento social que se manifestó en forma de protestas en las calles de muchos países de la región el año pasado.
Actualmente también enfrentamos un doble choque de oferta y demanda. La volatilidad en los mercados financieros es mayor que en el momento de la crisis de 2008. La recesión global generará un fuerte descenso en las exportaciones, especialmente a China y los EE. UU., Los principales socios comerciales de América Latina. También veremos una disminución en las remesas, el turismo y la inversión extranjera directa. Además, el colapso de los precios de los productos básicos y del petróleo afectará las cuentas fiscales y externas de varios países de la región.
Los gobiernos latinoamericanos han reaccionado adecuadamente, con políticas fiscales y monetarias expansivas destinadas a aliviar el impacto de la crisis en los hogares, los trabajadores y las empresas, así como a proteger a los sectores más vulnerables.
Sin embargo, el espacio fiscal para una respuesta es limitado en muchos países de la región. Entre 2008 y 2019, el déficit fiscal promedio aumentó del 0,4% al 3,0% del PIB, y la deuda pública aumentó del 40% al 62% del PIB. A pesar de esto, hemos visto programas de estímulo ambiciosos equivalentes a entre 1% y 7% del PIB.
La crisis está poniendo en peligro los avances sociales de las últimas décadas.
La crisis amenaza con revertir el progreso social logrado por América Latina en las últimas décadas. Incluso antes del surgimiento de COVID-19, la pobreza en América Latina y el Caribe volvió a aumentar en varios países. De hecho, la CEPAL estima que la pobreza en ALC podría aumentar en 5 puntos porcentuales entre 2019 y 2020, del 30% al 35% de la población. Si también tenemos en cuenta las clases medias vulnerables, que hoy representan el 37% de la población de la región, la mayoría de los cuales no tienen forma de protección social, la perspectiva es realmente preocupante.
Estamos hablando del 70% de la población de América Latina que podría verse significativamente afectada por la pandemia. Por ejemplo, las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) representan el 99% de las empresas y el 60% del empleo en ALC. El riesgo de insolvencia, especialmente para las micro y pequeñas empresas, es alto. Algunas estimaciones sugieren que solo el 15% de las empresas con ventas mensuales de menos de USD 5,000 pueden sobrevivir después de dos meses consecutivos de confinamiento. La gran pérdida de empleos podría afectar desproporcionadamente a esta vulnerable “clase media”.
Además, el impacto social de la crisis podría ser particularmente costoso para las mujeres, ya que tienen tasas de informalidad más altas y, en muchos casos, están más expuestas a la violencia de género provocada por las medidas de confinamiento.
Otro desafío importante es brindar apoyo a los trabajadores informales, quienes se enfrentan al terrible dilema provocado por la crisis de decidir si proteger su salud o sus ingresos. Esto requiere creatividad e innovación. Por ejemplo, Colombia, un nuevo miembro de la OCDE, entregó con éxito transferencias de efectivo a más de 1,5 millones de hogares designados como pertenecientes al sector informal y que no podrían beneficiarse de los programas sociales tradicionales del gobierno nacional.
¿Cómo manejar la crisis?
Como saben, la OMS actualmente considera que América Latina es el epicentro de la pandemia. En la actualidad, se han registrado alrededor de 2 millones de casos en la región, con aumentos diarios acumulativos de más de 50,000 casos, y un total de más de 100,000 muertes. En vista de esta dramática realidad, me gustaría destacar algunas prioridades para abordar la crisis.
La primera prioridad es sin duda luchar y vencer al virus. Como he dicho en muchas ocasiones, no hay conflicto entre la salud y la economía. No creemos un falso dilema. Hasta que haya una vacuna disponible, es esencial permanecer alerta y seguir estrategias de “prueba, seguimiento y localización”, distanciamiento social y medidas de higiene.
En segundo lugar, esta crisis presenta una oportunidad para crear una América Latina mejor, más verde, más digital y más inclusiva. Si queremos aprovechar esta oportunidad, debemos fortalecer la protección social y la inclusión.
La tercera prioridad es una respuesta multilateral ambiciosa, coordinada y coherente. Para lograr el desarrollo, producción y distribución de una vacuna, por ejemplo. Ya ha habido iniciativas en el campo de la salud, como el intercambio de información médica y científica por parte de la Red Iberoamericana de Autoridades de Medicamentos en colaboración con SEGIB. Además, una fuerte cooperación internacional también será clave para construir cadenas de valor más resistentes y evitar respuestas simplistas que pongan en peligro los beneficios del sistema multilateral de comercio basado en normas.
Cuarto, debemos ayudar a los países más vulnerables con programas ambiciosos. Hay muchos gobiernos que competirán para financiar sus gastos adicionales, y no podemos correr el riesgo de que algunos países pierdan el acceso a los mercados de capitales. En este sentido, acojo con beneplácito las iniciativas del FMI, el Banco Mundial, el BID y la CAF en relación con la provisión extraordinaria de recursos para apoyar la respuesta a la crisis.
Quinto, los impuestos de la economía digital. Como saben, en la OCDE hemos estado trabajando durante los últimos tres años para lograr una solución consensuada sobre este tema para fines de este año. Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para llegar a un acuerdo político. Sin una solución multilateral, la acumulación de medidas unilaterales puede generar más tensiones comerciales de las que el mundo puede permitirse en este momento.
Y me gustaría concluir con un llamamiento importante: el sector privado debe desempeñar un papel importante en el renacimiento y la construcción de una mejor América Latina.
A corto plazo, las medidas de apoyo deberán adaptarse estrechamente a la fase de recuperación, a fin de evitar la creación de distorsiones duraderas del mercado, favoreciendo la reasignación de recursos entre sectores y actividades. A largo plazo, los países latinoamericanos enfrentan el desafío de diseñar una estrategia productiva y mejorar las condiciones de inversión y emprendimiento en el continente. Si se va a construir un futuro mejor, será esencial contar con una estrategia que esté alineada con los compromisos relacionados con el cambio climático, la preservación de la biodiversidad y la protección del medio ambiente. Los gobiernos pueden y deben apuntar a la recuperación de una economía descarbonizada utilizando la inversión pública, así como los incentivos del sector privado, por ejemplo, haciendo que las medidas de apoyo financiero a ciertos sectores dependan de la cooperación climática.
La crisis de COVID-19 también está obligando a las empresas a repensar sus operaciones y cadenas de suministro. Estos cambios son una oportunidad para mejorar su capacidad de recuperación y fortalecer una asociación público-privada que es más necesaria que nunca.
Damas y caballeros,
En la OCDE, estamos trabajando arduamente para ayudar a nuestros miembros a responder a la crisis. Nuestro centro digital proporciona acceso a más de 100 documentos que contienen análisis, datos, buenas prácticas y recomendaciones de políticas sobre las diferentes dimensiones de esta crisis, y estamos organizando debates con los gobiernos de los países miembros para ayudarlos en la recuperación de sus economías. y sociedades.
No hay duda de que esta crisis pondrá a prueba nuestra capacidad colectiva de respuesta, la forma en que coordinamos los esfuerzos a nivel regional y global, y nuestros modelos económicos y sociales. Todos, los gobiernos, el sector privado y las organizaciones internacionales, tenemos que trabajar juntos con una visión común para asegurar una salida fuerte y unida de la crisis, incluso en América Latina.
Puede contar con el apoyo de la OCDE para ayudar a reconstruir un mundo mejor, más verde, más inclusivo y más sostenible en los años venideros. Gracias.
Finaliza la intervención inicial del Secretario Gurría, tras las palabras de introducción y presentación de José Ignacio Salafranca, quien vuelve a tomar la palabra: Muchas gracias, Ángel, por esta interesante aproximación al tema. Te has referido a la respuesta de la Unión Europea, equiparándola de alguna manera a la situación en América Latina. Yo creo que la Unión Europea, después de un desconcierto inicial, debido también a la falta de competencias, ha tomado una decisión rápida en el marco de las perspectivas financieras plurianuales que llevaban dos años y medio encima de la mesa del Consejo de Ministros. Ahora la presidencia alemana del Consejo parece que quiere, antes de la pausa del verano, tomar una decisión. ¿Es la respuesta de la Unión Europea, a pesar de las previsiones que ha hecho el Fondo y de las previsiones que habéis hecho vosotros, suficiente para tratar de restablecer o de elaborar un nuevo multilateralismo?. Y un poco en otra dimensión, has vivido ayer en París la segunda vuelta de las elecciones municipales en Francia con una abstención del 60%; hemos vivido la primera vuelta de las elecciones en Polonia donde el actual Presidente ha sacado 10 puntos al Alcalde de Varsovia y tiene que ir a una segunda vuelta que va a ser muy disputada; y tenemos en el mes de noviembre las elecciones en Estados Unidos. ¿Crees que los efectos de la pandemia van a tener repercusiones importantes en el tablero político?
Ángel Gurría: en primer lugar, celebro los esfuerzos que está haciendo la Unión Europea. Lo que pasa es que en estas materias cada país es autónomo y tiene un sistema de salud diferente, con un número de camas por habitante diferente; con un número de ventiladores, de doctores, de enfermeras o de paramédicos por habitante, etc. Y cada país tiene, sobre todo, la soberanía de cerrar, de no cerrar o de cerrar más temprano. Lo que estamos viendo en la práctica es el resultado de los que lo hicieron mejor, que les está yendo mejor y eso quiere decir oportunidad y rigor; y querrá decir, porque eso apenas empieza, qué tan bien dirigidos tenemos todos estos apoyos económicos y financieros y qué tanto impacto logramos en la parte más dura, que es el impacto en las familias.
En cuanto a si la Unión Europea tiene que preocuparse por los demás, sí. La Unión Europea siempre se ha preocupado por los demás; tiene un papel importantísimo en África – de hecho el primer papel histórico y desde el punto de vista de apoyos, etcétera -; en su propia región, alrededor del núcleo de los 28; y además en el resto del mundo, en América Latina, en Oceanía o en el sudeste asiático, en donde puede haber otras influencias, pero el apoyo de la Unión Europea siempre es muy importante. Acuérdense que toda la ayuda oficial para el desarrollo vale 153 mil millones de dólares, cuando estamos hablando de que quizá hemos puesto 10 trillones en la crisis. Esto quiere decir que se puede duplicar o triplicar la ayuda para el desarrollo de un año para otro con una fracción de lo que le hemos dedicado a la crisis.
En relación al 60% de abstención; el Brexit era una manifestación de que la gente estaba muy decepcionada y creía que la democracia no era su solución. El tema de las divisiones de las sociedades de América Latina, de Estados Unidos, de Europa, del Este o de otras partes no es nuevo y precisamente surgió con enorme fuerza a raíz de la crisis del 2008 y 2009. Apenas nos estábamos recuperando de algunas de esas heridas y ahora viene esto. ¿Qué va a pasar? El impacto social es muy claro: va a haber más divisiones sociales, más desigualdades, más impacto en los viejos, en los niños, en las mujeres; y más impacto en los que tienen bajas habilidades, destrezas y competencias en términos particularmente digitales porque están en absoluto peligro de ser desplazados. Esto va a ser muy delicado y veremos muchas manifestaciones de esta gente. Las políticas públicas tendrán que tener cuidado de apoyarles y de reentrenarles en muchos casos para que no se queden afuera de la siguiente ola de recuperación.
Ramón Jáuregui, Presidente de la Fundación Euroamérica, toma la palabra: José Ángel, muchas gracias. Para la Fundación Euroamérica es un honor tenerte con nosotros, es siempre un placer escucharte, sabemos de tu capacidad didáctica, de esa pedagogía que haces con la economía y te agradecemos especialmente que estés en la Fundación en este webinar tan importante.
Yo quería plantearte dos preguntas que tienen que ver, primero, con ese horizonte tan pesimista que yo comparto en relación con América Latina. ¿Qué te parece que debiéramos hacer para conseguir que las instituciones financieras internacionales (Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etc.) tomen en serio la posibilidad de establecer alguna ayuda financiera específica especialmente para los países de renta media de América Latina? Sabiendo que los Estados Unidos no tienen demasiado interés, que el G20 lo dirige en este momento Arabia Saudí, que no hay propiamente un espíritu a lo Gordon Brown, para entendernos, que movilice a las instituciones. Esta primera pregunta está muy relacionada también con la posibilidad de recapitalizar los bancos multilaterales de desarrollo porque quizás también ellos tendrían una oportunidad de favorecer la interconectividad de los países latinoamericanos.
La segunda tiene que ver con las Haciendas nacionales y el papel extraordinariamente importante que tiene OCDE para construir una armonización. ¿Qué esperanza puedes darnos en que OCDE pueda darnos luz en relación con la ordenación fiscal internacional y en particular con la posibilidad de una fiscalidad para las digitales y tecnológicas?
Ángel Gurría: respecto a los organismos internacionales, no hay que llamarles la atención respecto de la situación de América Latina y el Caribe, que conocen muy bien; lo que pasa es que estamos en el momento pico de la crisis del Covid en algunos de los países, inclusive los más desarrollados y más ricos del mundo. En América Latina los tamaños de las economías son diferentes; tenemos unos déficit de cuenta corriente que se van a ir haciendo mucho mayores porque todas las exportaciones se cayeron y hay unos problemas muy serios de recursos y de fiscalidad; y al mismo tiempo se tiene la obligación de seguir pagando la deuda, que no creció tanto como las de los demás países porque las tasas de interés no estaban tan bajas. Le estamos pidiendo, no al Fondo Monetario ni al Banco Mundial, sino a todos los acreedores del mundo sobre todo a los privados -porque hoy la deuda está muy privatizada- que resistan al hecho de que quizá haya que “recalendarizar” los pagos y al mismo tiempo abastezcan de dinero fresco. Es muy difícil decidir a quién le toca qué papel y además en cantidades muy importantes. Lo que se hizo, por ejemplo, con los 73 países más pobres del mundo, que se decidió en el G20, está muy bien pero es por 9 meses ¿después qué vamos a hacer? Los países de América Latina tienen un problema, no solo de vulnerabilidad tradicional, de pobreza absoluta, sino de necesidad de coyuntura de flujos. En el momento en que se caen las exportaciones, se caen las corrientes de inversión extranjera, las remesas, etcétera, pero siguen las obligaciones de tener que pagar el servicio de la deuda. Hay un problema en América Latina y el Caribe de flujos muy severo. En el caso del Caribe el impacto del turismo es enorme; prácticamente acabaron todos los ingresos de un día para otro. Apenas empieza el mundo a darse cuenta de la magnitud del problema y América Latina y el Caribe lo que tienen que hacer es pues unir fuerzas para poder mandar el mensaje muy fuerte.
Por supuesto tendrán que aportar el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID, CAF, los organismos de crédito para la exportación y el sector privado, que también va a tener que contribuir, como ya pasó en el pasado, en los 80s y los 90s.
Ahora el tema de la fiscalidad internacional. Estados Unidos no se salió de la negociación, lo que sugirió es que hubiera una pausa por causa de la elección americana. Lo que decidió el mundo entero, 137 países, es seguir adelante; trabajar para tener opciones que plantearles a todos los países que son, por un lado, el impuesto a la economía digital y, por otro lado, un impuesto mínimo a todas las empresas, independientemente de la economía digital. En los próximos días se celebrará una reunión aquí, de los 137 países y tendremos una en octubre en donde esperamos que se apruebe la hoja de ruta que habremos de seguir para estas negociaciones. Nosotros no hemos bajado la guardia, seguimos trabajando intensamente porque al final, en virtud de todas las necesidades que van a tener todos los países de recursos, en especial por la deuda, le interesa, sobre todo a las empresas digitales, que haya certidumbre jurídica; saber que el tratamiento será x, y, z en lugar de dejarlo totalmente abierto a que cada país ponga un impuesto diferente. Si un país pone a las empresas digitales un impuesto del 2, 3, 5 o 7, los Estados Unidos van a decir que eso es discriminación, aplicarán la 301, pondrán tarifas y nos volvemos a otra guerra comercial. Entonces la negociación de los impuestos a la economía digital, no es un tema de impuestos, es un tema económico de la mayor importancia y hay que evitar a toda costa una nueva guerra comercial.
COLOQUIO ABIERTO
Ángel Durández comienza el coloquio con los asistentes con una pregunta de Gonzalo Babé, patrono de la Fundación Euroamérica: ¿La pandemia va a provocar un cambio en las relaciones entre los países y el equilibrio de fuerzas a nivel mundial? ¿Saldrá China beneficiada de esta situación? ¿y Estados Unidos y su liderazgo? ¿Se pondrá en cuestión en cuarentena la globalización durante un tiempo largo o corto?
Víctor Baz, de Repsol: ¿Cómo ve la evolución de México en el medio plazo respecto a la apertura hacia la inversión extranjera? ¿se están percibiendo signos de impacto del Covid en la reordenación del peso económico de China versus Estados Unidos?
Antonio Basagoiti: ¿En qué estado de salud percibe actualmente la seguridad jurídica de México para los inversores europeos?
Eva Monroy: ¿Qué va a pasar con el regreso de la producción industrial en nuestros países, si regresara a cada país, para poder continuar las cadenas de suministro? y por otro lado, en cuanto a la sanidad ¿Cómo se puede solucionar en el mundo el control de los insumos en manos de unos pocos?
Ángel Gurría: el tema del control de pocos fue muy dramático porque hace tres meses el mundo se estaba peleando por las máscaras y además uno iba a la farmacia y no había ni una sola máscara dónde comprar; ni había en la parte industrial ni en la parte médica. No había tampoco equipos de protección para los trabajadores que están al frente: los doctores, las enfermeras, los paramédicos, etcétera; y no había sustancias activas para hacer las medicinas. La solución no es, como dicen, recortar las cadenas de valor, las cadenas productivas sino diversificar las fuentes. En lugar de tener una o dos, tener cinco o seis, no importa que sean más lejos o más cerca. No es la primera vez, el tsunami de Japón afectó toda la industria automovilística porque ahí había unas empresas claves. Dijeron que afortunadamente tenían duplicadas las empresas, los productos, en Tailandia; pero Tailandia se inundó prácticamente al mismo tiempo. El PIB de Canadá cayó en ese trimestre debido a que la industria automovilística se había detenido totalmente (además otros problemas de clima, etcétera) pero quedó muy claro el tema de no depender de una sola fuente, un solo país. Esto sí es una buena lección pero no es un problema de un país u otro sino en general de las cadenas de valor, de las cadenas de suministro.
El tema de los inversores europeos en México o, mejor, de los inversores de todas partes del mundo, en todas partes del mundo. Es muy importante de una vez que se establezcan las normas y que se respeten porque estamos hablamos de inversiones que muchas veces afectan 10, 15, 20, 30 años para su amortización. Y todos los inversionistas apuestan por un esquema de leyes, de reglamentos, de códigos, de impuestos, etcétera que sea predecible y estable. Esta es una regla fundamental, una regla de oro para cualquier país del mundo que quiera atraer la inversión extranjera.
Estados Unidos y China: ya había un problema muy serio de tensiones comerciales, que sin embargo parecían avanzar en una primera fase de la negociación entre China y Estados Unidos. La llegada del Covid ha creado tensiones nuevamente entre la primera y la segunda economía más grandes del mundo y esto provoca que el mundo entero sufra debido a la integración internacional de las cadenas de valor y a la incertidumbre de acceso a los mercados. El problema es ¿cómo se reducen las pérdidas? En el caso de China, el Covid empezó allí primero y ahora ya vemos en el segundo trimestre una recuperación muy importante de su PIB porque ya tiene el 80 o 90 por ciento de las fábricas otra vez funcionando. Pero ahora inclusive están volviendo a cerrar algunas partes porque hay un segundo coletazo, igual que en Corea igual que hubo en Singapur.
Cambio en las relaciones entre países. Yo diría que no va a ser un cambio muy dramático, pero las prioridades van a cambiar: prioridades de gasto público, prioridades de inversión y también va a haber presiones sociales y políticas adicionales a las que ya existían incluso antes de la crisis.
Ángel Durández pasa a formular las últimas preguntas. Claudio Vallejo, de LLYC: en esta “nueva normalidad” donde se están repensando actividades, relaciones e instituciones ¿han pensado el nuevo papel para la OCDE?¿no sería el momento de asumir un verdadero liderazgo para definir mejores políticas públicas, para una vida mejor?
Néstor Chávez: ¿Cuál sería nuevo objeto de la banca multilateral en América Latina para impulsar la salida de la crisis y volver al camino del desarrollo tomando en cuenta la pandemia, los problemas ya existentes de endeudamiento, desempleo, pobreza, corrupción, etcétera? ¿Cuáles deben ser en su opinión las prioridades?
José Mateu: ¿Es posible pensar que los Estados de la Unión Europea fuertemente endeudados y de bajo rating puedan acabar teniendo una crisis de liquidez cuando, agotada la cobertura de sus emisiones de la deuda por parte del Banco Central Europeo, tenga que competir en el mercado financiero para colocar a pulmón libre nuevas emisiones en competencia con los países de mayor capacidad financiera?
Otra pregunta: La recuperación, la reconstrucción pasa también por la defensa de un modelo que va más allá de lo estrictamente comercial basado en el multilateralismo, la integración económica y la apertura comercial fundamental defensa de este modelo y de estos valores ante las amenazas proteccionistas existentes ya antes del Covid y el contexto actual fundamental para ello entra también reforzar la alianza Unión Europea-Latinoamérica. ¿Cómo ve como el Secretario General esta defensa, esta salvaguarda del modelo, esta alianza en el contexto actual de Latinoamérica? ¿Qué opinión le merece que Estados Unidos esté proponiendo por primera vez un candidato para dirigir el Banco Iberoamericano de Desarrollo?
Ángel Gurría: El papel de la OCDE cambia todos los días. Les invito a todos a que vean en un site de internet que se llama OCDE/coronavirus: ahí hay ya 110 documentos de los últimos tres meses, producto de investigación de todos nuestros funcionarios porque hicimos un conducto único para entradas y salidas y se actualizan constantemente en tiempo real. 110 trabajos sobre todos los temas: impuestos y el Covid (se han identificado 700 medidas); pymes y el Covid; el turismo y el Covid; la salud y el Covid, etc. ¿Qué pasa con la educación? mil millones de niños sin escuelas, la mayor parte de ellos sin conectividad; los que tienen conectividad no tienen tablets; los que tienen conectividad y tablet no tienen profesores que estén adiestrados para trabajar el tema de la educación a distancia … Estamos hablando de que 1.500 millones de niños pueden perder un año entero, de los ciclos escolares y la entrada a la universidad de los jóvenes, etcétera. En fin, todo el drama alrededor de la educación, alrededor de lo digital y cómo usamos lo digital. Todos los días va cambiando el papel de la OCDE dependiendo de las necesidades porque tratamos de ser ágiles.
En cuanto a la Banca multilateral, con todo lo que la capitalicemos, no va a alcanzar. En virtud del acceso que ya desde hace mucho tiempo tienen los países de América Latina a los mercados y también el sector privado tiene que ayudar. Insisto en que hay dos aspectos: uno de ellos es la “recalendarización” en algunos casos; pero en otros casos, si no hay una reducción del valor nominal, ese endeudamiento en los países va a crecer y por lo tanto habrá que establecer algún procedimiento que legitime esa afirmación.
José Mateu hablaba de una crisis de liquidez de los países de Europa y que no van a poder emitir después… Yo creo que aquí estamos hablando de que quizá algún país pierde el AAA, pierde el BBB y el BBB+, pero estamos hablando de los países soberanos más solventes del mundo. Pero además hablamos de unas instituciones que hoy tienen mucho más clara la importancia de compartir no solo algunos saberes, recursos, simplemente los riesgos. Porque en Europa, esta extraordinaria y admirable construcción que es Europa, hay una conciencia clarísima de que si no están todos mejor, ninguno estará mejor; y por lo tanto habrá que seguir perseverando en esta solidaridad europea, que es además una solidaridad que resulta muy inteligente y muy rentable.
Un modelo multilateral abierto entre América Latina y Europa que comparten valores, sí. El problema es que la vulnerabilidad es diferente y el grado de apertura es distinto. Yo creo que hoy hay suficientes elementos de interés común entre Europa y América Latina como para poder explorar soluciones conjuntas de conveniencia mutua.
Finalmente me preguntan qué pienso de la decisión de Estados Unidos de poner un candidato a la presidencia del BID. Uno siempre busca la lógica, la motivación última de por qué se hacen las cosas; por qué, en este caso, se cambia una tradición de 60 años; porque en el fondo los Estados Unidos, por su poder de votación y por los puestos que tiene asignados dentro del Banco Interamericano de Desarrollo, tiene una posibilidad de participar de manera muy importante en prácticamente todas las sesiones fundamentales del BID. Lo que habría que preguntarse realmente es cuál es el propósito último, más que el tema simplemente de dirigir un instrumento financiero en el cual Estados Unidos tiene ya grandes facultades, grandes poderes delegados y poder de voto, etc.
José Ignacio Salafranca: Quisiera agradecer al Secretario su tiempo con nosotros en este encuentro formidable con la Fundación Euroamérica. Creo que en una de las últimas preguntas ha quedado muy claro que en este mundo tan complejo e interdependiente, la relación entre la Unión Europea y América Latina necesita una profundización a la vista de los cambios que se están produciendo. Tenemos una asociación estratégica con México, en la que fue responsable en muy buena medida José Ángel en su época de Secretario de Relaciones Exteriores; tenemos una relación estratégica con Brasil y tenemos la más completa y más profunda y tupida red de acuerdos con los países de la región, Estamos en renovación del Acuerdo de asociación con México, con Chile y con Mercosur que va a ser una piedra de toque importante en esa línea de construcción que nos señalaba el Secretario en la línea de un nuevo multilateralismo; sobre todo en un momento en el que según todos los analistas la Unión Europea, que llegó a representar en el siglo XIX casi el 33% del PIB mundial, hoy está por debajo del 20%; y según casi todos los analistas, en el año 2050 no va a haber ningún Estado miembro de la Unión Europea en el G8; Alemania será el 9 y el Reino Unido, el 10. Esto, unido también a una crisis demográfica. Cuando en 1950, de los 10 países más poblados del mundo, 6 eran europeos, hoy vemos con cierta tristeza que de los 20 países más poblados del mundo solo hay uno que es Alemania entre los más poblados. Eso nos va a llevar a un invierno demográfico, una previsión del 6%, que es lo mismo que va a pasar en América del Norte y en América del Sur. De tal manera que el viejo occidente va a representar aproximadamente el 20%, casi lo mismo que África y un tercio de Asia. Estos cambios económicos, sustentadas en estos cambios demográficos, van a suponer cambios políticos en la gobernanza mundial; y va a haber que admitir nuevos interlocutores y nuevos actores en la gobernanza económica mundial. Se ha hecho referencia a la elección que va a haber en septiembre en la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo. José Ángel concluye su tercer mandato en la Secretaría General de la OCDE, que juega un papel fundamental en la gobernanza económica mundial hasta el próximo año – y no hay ninguna limitación de mandato-. No sé cuáles son los juegos políticos y de influencias pero lo que sí puedo hacer es expresar un deseo personal y es que para Europa el hecho de que una persona tan capaz, tan competente, que ha llevado a la organización a unas cuotas tan elevadas de prestigio y responsabilidad, pudiera asegurar una continuidad.
En todo caso, José Ángel, te agradecemos muchísimo tu tiempo con nosotros, esperamos verte pronto en Madrid en uno de los almuerzos de la Fundación que dejamos pendientes como consecuencia de la pandemia y te mandamos un gran abrazo y ya sabes dónde está como siempre a tu disposición.
DOSSIER DE PRENSA Información sobre la intervención de Ángel Gurría / RADIO 5 Sobre la post-pandemia: Intervención de Ángel Gurría / RADIO 5