América Latina y el Caribe en crisis. ¿Qué pueden hacer Europa y la Comunidad Internacional?
América Latina y el Caribe no atraviesa su mejor momento. La pandemia ha tenido un enorme impacto negativo en lo sanitario, en lo económico y en lo social, causando un retroceso en términos de reducción de la pobreza y la desigualdad. Adicionalmente, la baja movilidad social en la región ha causado malestar en la población y protestas en muchos países. Esto ha tenido un reflejo en la política y en lo institucional, puesto que en muchas naciones latinoamericanas los votantes han elegido políticos populistas, que en muchas oportunidades han conducido a la polarización y al debilitamiento de las democracias y las instituciones.
Sin embargo, no todo es negativo en América Latina y el Caribe. No es posible atacar el cambio climático sin incluir a la región en la discusión global, por ser una de las que posee uno de los mayores potenciales de crecimiento verde del mundo, y la posibilidad de impulsar a la economía circular, dada su riqueza en recursos naturales. Por primera vez en la historia de Latinoamérica, hay un número récord de estudiantes matriculados en educación superior, que pueden convertirse en mano de obra calificada y aumentar la productividad laboral en el mediano y largo plazo. La región se ha convertido en una de las más dinámicas en la captación de capital de riesgo y es generadora de varias empresas unicornio, cada una valoradas en más de US $1000 millones.
Europa es y ha sido históricamente un aliado natural de Latinoamérica, tanto por los valores compartidos, como por su afinidad cultural, por lo que puede apoyar a la región en su recuperación, y al mismo tiempo aprovechar las oportunidades que ofrece su enorme potencial. La coyuntura histórica actual, plagada de conflictos geopolíticos globales, obliga a profundizar los lazos entre América Latina y el Caribe y Europa, para constituir un frente común que ayude a ambas regiones a enfrentarse a los desafíos que un incierto futuro traerá.
Para hablar de todo ello celebraremos el próximo lunes, 24 de enero, un coloquio híbrido que llevará por título América Latina y el Caribe en crisis. ¿Qué pueden hacer Europa y la Comunidad Internacional? Moderados por Germán Ríos, contaremos con tres ponentes con una gran experiencia en las dos regiones para que nos den su visión sobre la temática.
24 de enero de 2022
18:00h. Coloquio MARÍA FERNANDA ESPINOSA
Académica, diplomática, política y poeta ecuatoriana
Presidenta del 73º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (2018-2019)
Ministra de Relaciones Exteriores Comercio e Integración, Ecuador (2007-2008) y (2017-2018)
Ministra de Defensa Nacional, Ecuador (2012-2014)
(+ Información)SUSANA MALCORRA
Senior Advisor, IE University
Ministra de Relaciones Exteriores y de Culto, Argentina (2015-2017)
(+ Información)
RAMÓN JÁUREGUI
Presidente de la Fundación Euroamérica
Eurodiputado (2009-2010) y (2014-2019)
Ministro de la Presidencia, España (2010-2011)
(+ Información)Introducción y moderación GERMÁN RÍOS
Adjunct Professor Chair of the Observatory on Latin American Politics and Economics
IE University School of Global and Public Affairs
(+ Información)19:15h. Fin del coloquio Coloquio América Latina y el Caribe en crisis. ¿Qué pueden hacer Europa y la Comunidad Internacional?
Visita de la Fundación Euroamérica a la Torre IE
Inaugura el encuentro Susana Malcorra con unas palabras de bienvenida y celebrando la posibilidad de desarrollarlo ya de manera presencial y haber podido aprovechar la visita a Madrid de María Fernanda Espinosa para reunirnos y comenzar el año con temas que nos ocupan y nos preocupan. Destacó que la señora Espinosa es probablemente una de las mujeres latinoamericanas que ha roto más techos de cristal en la región, al haber sido la cuarta mujer de la historia de Naciones Unidas que preside la Asamblea General.
Germán Rios, moderador del encuentro , recuerda que América Latina no atravesaba su mejor momento antes que llegara la pandemia, con un crecimiento mediocre, ni siquiera se alcanzaba ni el 1 ni el 2 %, menos que esto y con una situación muy delicada en términos sociales.
María Fernanda Espinosa, al ser preguntada sobre su diagnóstico de la situación en la zona, coincidió en que se culpa de todo a la pandemia, pero lo cierto es que cuando la Covid llegó a América Latina y el Caribe, ya existía una situación compleja: decrecimiento del PIB (desde hace más de 7 años); profundización de las desigualdades y de la pobreza; polarización política; ausencia de diálogo y por lo tanto, de construcción colectiva.
Aquí lo que hay que hacer, es aprender y creo que América Latina tiene esa capacidad de resiliencia y de aprendizaje rápido, dijo, prueba de ello es que esta, es una de las regiones con más altos niveles de vacunación, Chile y Cuba superan el 90 % de la cobertura. Añadió que la crisis magnificó problemas estructurales históricos obligándonos a retomar los espacios de diálogo tanto al interior, como al exterior de América Latina; fue un despertar, un proceso de retomar espacios de construcción común y fue hasta emocionante ver cómo en septiembre del año pasado se produce una primera cumbre de la CELAC en México donde hay la presencia del presidente del Consejo Europeo, el lanzamiento de un plan de autosuficiencia sanitaria de América.
La ex ministra de relaciones Exteriores de Ecuador, hizo un llamado a reflexionar, desde el propio territorio, sobre el comercio interregional, que es de apenas el 17 %; así como también, sobre la experiencia de los estados de bienestar europeos ¿por qué el estado de bienestar en Europa es la norma y en América Latina tiene que ser la excepción?. También habló sobre cómo el Caribe ha sido desmantelado por dos causas: primero, porque son países altamente endeudados y segundo, porque son países altamente vulnerables al cambio climático ¿qué estamos haciendo como región?, incluso pensando desde Europa y en ese partenariado, por una atención especial a los 14 países del espacio caribeño.
Reconoció que las diferencias y la polarización han tomado ventaja, pero recordó que, a pesar de ser un continente diverso, hemos podido convivir.
A la pregunta de Germán Rios sobre su experiencia en Alemania donde vive actualmente, explicó que ese país comparte con Latinoamérica una agenda común en temas como el cambio climático, la transición energética, la economía circular, los mecanismos de co responsabilidad o la bio economía. Hay que hablar de frente del tema de los refugiados y migrantes climáticos, esto requiere una agenda compartida entre Europa y América Latina y el Caribe, reclamó.
Para resolver los problemas que aquejan al territorio, planteó que hay que repensar los mecanismos de ayuda, por ejemplo, a través de canje de deuda por naturaleza. Pero la solución no puede ser la desregulación de los mercados laborales, ni una economía costosa ambientalmente. La respuesta la tenemos que tejer juntos en una alianza regional y también con Europa a favor del multilateralismo
En opinión de Ramón Jáuregui, las democracias del mundo están viviendo un deterioro que, en parte, viene de Estados Unidos pero también de la fragmentación política. Sin embargo, en el desequilibrio de las democracias latinoamericanas aprecia un elemento más nuclear, en lo que se refiere al contrato social, a la manera en la que el ciudadano latinoamericano reclama Estados más eficaces, sin que haya respuesta a esa demanda; no hay que olvidar algunas vocaciones totalitarias en Estados demasiado débiles, sumado esto, a la incapacidad de los países para gestionar sus problemas de manera organizada, porque la fractura regional es muy grande.
El señor Jauregui insistió en la falta de confianza de los latinoamericanos en las instituciones y en quienes les rodean y, en contraste con lo que manifestó María Fernanda espinosa, considera que la división ideológica es más visible que nunca antes en el territorio, sin embargo se mostro confiado porque lo que creo que va a marcar los próximos años, es una política dirigida a fortalecer sus Estados. Mencionó el caso de Boric, presidente electo de Chile, quien está mostrando una ambición europeísta en la gestión de su nación. Esa nueva izquierda en América Latina, va a caminar en una dirección distinta de la que caminó la izquierda de la primera década de este siglo, porque son conscientes de los fracasos que hubo entonces.
Sobre las relaciones con Europa, el señor Jáuregui dijo que los europeos tienen una concentración de preocupaciones y hoy, es muy difícil que las cancillerías de la Unión miren hacia Latinoamérica; pero hay pasar de las palabras a los hechos, admitió, Europa quiere liderar las acciones frente al cambio climático, del mismo modo que aspira a una ordenación del mercado para asegurar la privacidad de los datos y la competencia, con un modelo regulatorio propio; esto solo puede hacerlo con América Latina y el Caribe, una potencia creativa con la que compartimos un idioma común; creo que Europa tiene la necesidad de hacer una plataforma y una propuesta concreta a una América Latina más integrada.
Resaltó que los modelos de estado de bienestar que conocemos se basan en pactos sociales internos entre los gobiernos, los ciudadanos y los empresarios. Yo creo que Europa tiene que estar también ahí, con planes, no de cooperación, sino de estrategia conjunta. Bancos multilaterales, Fondo Monetario, sistema multilateral de desarrollo apoyado por los países europeos y norteamericanos fundamentalmente, tenemos que hacer un esfuerzo por conseguir que esos países tengan financiación que, bien orientada hacia proyectos de modernización, infraestructura tecnológica, física y proyectos de sostenibilidad y de digitalización pongan a los países latinoamericanos en la senda del futuro.
Susana Malcorra, por su parte, alabó lo que está sucediendo en Chile: toda la simbología alrededor de Boric, es exactamente la adecuada para el siglo 21. Tenemos que darle un poquito de crédito a la capacidad de recuperación institucional de la región, aunque reconoció que estamos hablando de la zona más desigual y con menor movilidad social del mundo, por lo que las élites tienen que entender que es necesaria una revisión profunda del contrato social con visión de largo plazo, en donde seamos capaces de empezar a plantearnos qué cosas fundamentales tenemos que construir en educación; salud; sistema fiscal. Superando la división ideológica dentro, y entre los países impulsaremos un crecimiento que va a estar dado por una enorme juventud, el principal capital de América Latina, que requiere gran inversión en educación y en digitalización.
La señora Malcorra quiso resaltar que las mujeres, muy activas en la economía latinoamericana, sobretodo en el sector de los servicios, sufrieron especialmente los efectos de la pandemia y no se generaron paquetes de rescate para este colectivo. La educación, también ha experimentado un retraso fundamentalmente brutal con las niñas y este es un problema serio hacia el futuro.
Insistió en que el problema más grave que tiene el territorio es la falta de integración, entendida como integración estructural, de generación de mercado interno y el ciclo electoral que estamos viviendo representa una oportunidad en ese sentido y confía en que, más allá de ser proveedora de materias primas, la zona sea capaz de poner en valor la flexibilidad, el intelecto, el tejido empresarial, que ya existen porque la historia demostró que el apogeo de las materias primas, es fugaz.
Acerca del acuerdo Unión Europea-Mercosur, admitió que el tema agrícola genera división, es un tema central que Europa tiene que resolver de una manera distinta a como lo está haciendo pero Mercosur también tiene que poner de su parte y la integración regional es clave; hay oportunidades en la integración. Los valores y los principios que compartimos entre Europa y Latinoamérica son esencialmente los mismos: la integración social entre nuestras sociedades, es muy fuerte; tenemos que hacer de eso la base para traducirlo en grandes acuerdos que impactan a lo multilateral, a lo bilateral regional y que nos permiten tener una opción a la dicotomía entre China y Estados Unidos.
Luego de las ponencias, se dio paso a las preguntas de los asistentes, presenciales y virtuales.