La crisis que estamos viviendo es de tal trascendencia, que tendrá repercusiones fundamentales en nuestro mundo globalizado.

Evidenciados los fallos de regulación y fundamentalmente de supervisión de los mercados en los últimos años, junto al efecto globalización, que ha propiciado su expansión exponencial a ámbitos mundiales a una velocidad sin precedentes, los gobiernos de los países más ricos no sólo han tenido que intervenir en el sector privado, sino que han de promover reformas que posiblemente conduzcan a algo parecido a un nuevo orden económico internacional.

La voluntad de trabajar juntos, por encima de límites geográficos, en todos los sectores de la economía, la política y la sociedad civil, es lo que diferenciará esta crisis actual de la de los años treinta. El desarrollo de sinergias y una cooperación más profunda, serán beneficiosos para todos.

Los Gobiernos, las Instituciones, Entidades Financieras, Empresas y Consumidores, se dirigen de forma inexorable hacia un escenario en gran medida completamente distinto al que operaban hasta ahora.

Estados Unidos seguirá siendo la primera potencia del mundo, y como tal seguirá teniendo intereses y prioridades globales, pero la crisis que estamos atravesando hace imposible que EEUU pueda afrontarla en solitario.

Por su parte, ni Europa ni Latinoamérica, pueden prescindir de EEUU para afrontar los desafíos que tienen por delante. En resumen:”Estados Unidos no puede solo, sin Estados Unidos, Europa y Latinoamérica no pueden”.

Es el momento de reflexionar sobre las lecciones que se pueden extraer de lo ocurrido, y dar respuestas estructuradas a las nuevas necesidades sobre las que se cimente el futuro. Por este motivo la New York University, su sede en Madrid el Centro Rey Juan Carlos I New York University y la Fundación Euroamerica, contando con la participación de personalidades de reconocido prestigio, celebran estas jornadas de reflexión.