Con 14.000 millones $ en el 2013, el BID es la principal fuente de financiación en la región. El 80% de esta financiación se canaliza a través de préstamos soberanos y el 20% restante al sector privado, a empresas que proporcionen un valor añadido logrando el desarrollo en áreas donde el sector público no puede llegar, y siempre bajo un estricto examen previo y una medición posterior del impacto del desarrollo. En esta línea, el invitado de honor mencionó a la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), institución miembro del BID que promueve el desarrollo del sector privado en América Latina y el Caribe, con especial atención a las pequeñas y medianas empresas (PYME), ayudándolas a incrementar su productividad, a través de programas de financiación, de asesoramiento, proporcionándolas información a la hora de implantarse en América Latina o con iniciativas como la creación de la plataforma gratuita online: “conectaamericas.com” que pretende eliminar las barreras entre PYMES, y que se ha convertido en una red social muy útil entre ellas. El Sr. Álvarez mencionó también el acuerdo al que han llegado el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el BID para cofinanciar proyectos en América Latina y el Caribe. Asimismo habló de la gran importancia que para el BID tienen los procesos de integración en la región, cuyos éxitos contribuyen sin duda a su desarrollo. Hizo mención especial, entre los que ya existen, de la recientemente creada Alianza del Pacífico.

En un interesante coloquio posterior con los asistentes se tocaron temas como las alianzas que tiene el BID con los diferentes bancos estatales en América Latina para la consecución de objetivos comunes, como es el caso del BNDES de Brasil, a que los consideran agentes fundamentales para el desarrollo. También mencionó la relación que mantienen con CAF, con la que comparten intereses en temas de desarrollo y de financiación en sectores estratégicos que mejoren la productividad de América Latina, para lograr una mejor distribución de la riqueza y una disminución de la pobreza. Asimismo apuntó que los proyectos del BID se localizan en cualquier país de la región y lógicamente la naturaleza del proyecto varía en función del nivel de desarrollo del país. Mención especial hizo del caso de Haití, país en el que el BID, a raíz del terremoto del 2010, otorga en forma de donación 200 millones anuales para su reconstrucción.