Fundación Euroamerica

La Fundación Euroamérica es una organización para fomentar las relaciones entre Europa y América

I WEBINAR. Reflexiones en directo

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  • Tras las unas palabras de bienvenida y de agradecimiento por su presencia en este primer webinar de la Fundación Euroamérica por parte de su Vicepresidente ejecutivo, Ángel Durández, comenzó la primera parte del acto que consistió en un coloquio entre los dos ponentes: la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan y el Presidente de la Fundación Euroamérica, Ramón Jáuregui, respondiendo a las preguntas formuladas por el Sr. Durández:

    Secretaria, tú que tienes contacto continuo con las máximas autoridades de América Latina; en el marco de la pandemia del coronavirus ¿cómo es el panorama que se espera para la región, en términos sanitarios, sociales y económicos? ¿Cómo juzgarías la respuesta de los gobiernos hasta la fecha?

    La Secretaria comenzó afirmando que la mayoría de los países iberoamericanos han actuado con mucha responsabilidad en protección de sus poblaciones, tomando medidas muy rápido de alejamiento social y de preparación del sistema de salud, aprendiendo de lo que estaba pasando en Europa, especialmente en sus diálogos con España. Destacó en este punto la diversidad en esta fase primera de preparación debido a que no todos los países tienen sistemas universales de salud ni de seguridad social; estos sistemas todavía son muy parciales y en algunos países, fragmentados. Son pocos los países que tienen seguros de desempleo en América Latina y los que lo tienen han tratado de flexibilizar sus normas para cubrir a un porcentaje mayor de las personas vulnerables. Además, todos los países han sufrido el mismo problema en el mercado internacional en relación a la escasez de los insumos de salud: mascarillas, respiradores o reactivos para los tests, debido a la falta de coordinación internacional. Añadió que la Segib ha promovido una conversación, un diálogo, una cooperación entre varios de los países para poder cerrar esta brecha de acceso a la que han tenido ellos y los países están pasando por distintas fases con respecto a Europa.

    Por otro lado, en relación a la situación económica internacional, quiso enfatizar que el Fondo Monetario hizo el anuncio más sombrío que ha hecho en su historia de efectos económicos de una magnitud que no veíamos desde la gran depresión, ni siquiera en la crisis financiera del 2008-2009. Se calcula que entre una tercera parte y un 50 por ciento de las economías están cerradas, sin actividad económica, lo que tiene un impacto de magnitudes muy preocupantes sobre nuestros países. El Fondo Monetario, al igual que la CEPAL, estiman que la caída del PIB en América Latina será de alrededor del 5% – con diferencias entre los países – y también que la recuperación será más lenta de lo que se espera; inclusive dicen que a finales del 2021 el PIB mundial estará todavía un 5% más bajo que si no se hubiera dado la pandemia.

    En cuanto a la respuesta por parte de los países de la región apuntó que los países han tomado ya medidas económicas: préstamos para las pequeñas y medianas empresas, liquidez para las empresas, medidas fiscales de posposición de impuestos, en seguridad social, pero la magnitud de esos paquetes es mucho menor que la de los países desarrollados, que se estiman de alrededor del 20% de su PIB, mientras que América Latina en promedio está entre el 2 y el 4% ( el país que más ha puesto es el Perú, con un paquete de alrededor del 12% de su PIB); los países latinoamericanos no tienen ni la capacidad de política monetaria, ni la capacidad de política fiscal que tienen los países desarrollados.

    Concluyó la Sra. Grynspan con un llamado al sistema financiero internacional para que actúe de inmediato; porque lo que hemos oído son medidas para los países más pobres del planeta; pero los países mal llamados de ingreso medio y los países emergentes, tendrán una debacle económica si no hay créditos blandos y rápidos y si no se cambian las normas, si no vamos hacia normas que permitan más déficit fiscal y donde los países no se vean castigados por las calificadoras de riesgo.

    Tomó la palabra el moderador para formular una pregunta al Sr. Jáuregui: Ramón, durante estas últimas semanas se ha estado hablando mucho, en nuestro país y en otros, sobre la reacción y el funcionamiento de la Unión Europea ante la crisis del Covid19. Es más, incluso la señora von der Leyen ha llegado a pedir disculpas a Italia y se ha llegado a especular con la desaparición de la Unión Europea por sus contradicciones o su falta de solidaridad ante la crisis. Me gustaría, Ramón, tú que conoces la Unión, que nos des tu opinión.

    Ramón Jáuregui comenzó diciendo que hay que huir del tremendismo. Hay una tentación de interpretar que lo que está pasando es el final de la Unión Europea. Yo pienso que no debemos olvidar la naturaleza misma de la Unión: en su propia construcción ha estado la superación de las crisis y la manera de construirla ha sido, justamente superando crisis, dando pasos adelante. Yo creo que ésta es una ocasión más para avanzar. Europa va a seguir construyéndose. Ésta es mi convicción.

    A continuación reconoció fallos de gestión de la crisis especialmente en el comienzo de la misma, fundamentalmente con Italia porque probablemente hemos tardado mucho en reaccionar con una respuesta de solidaridad con ese país – que han tenido hasta los rusos o los chinos – y desde luego en el control de los cierres de fronteras interiores, en la provisión de medicamentos. En el comienzo de la crisis hemos cometido fallos, pero luego hemos puesto ya en el tapete una batería de medidas económicas de una importancia extraordinaria y si uno lo compara con lo que fue la reacción a la crisis del 2008 y 2009, puede acabar diciendo que Europa está reaccionando poniendo sobre la mesa, al servicio de los Estados y de toda la Unión, un programa de recuperación económico y financiero muy importante, aceptando, como decía muy bien Rebeca, que la crisis va a ser enorme y que el daño en el ingreso y en el gasto va a ser tremendo.

    Pero, a diferencia de América Latina, nosotros tenemos una Unión Europea. No hay en América Latina un organismo capaz de poner al servicio un Banco Central, que nos ha puesto sobre la mesa 70, 50 mil millones de euros para liquidez bancaria, para compra de deuda de los Estados y las medidas que se han ido adoptando y que se van a aprobar probablemente en el Consejo Europeo de los próximos días. El MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) va a facilitar una parte importante para préstamos sin condicionalidad a los Estado; el SURE (Seguro de Desempleo de Urgencia), 100 mil millones de euros para los problemas de desempleo en los países afectados por la crisis, más la apelación al Banco Europeo de Desarrollo, BERD; para que también arbitre en torno a 200 mil millones de euros en préstamos al mundo empresarial. Junto con todo eso, una resolución del Parlamento Europeo que ha concitado el apoyo de los grandes grupos políticos de la Cámara, planteando en torno a 60, 70 medidas a la Unión Europea. De manera que, mi impresión es que ahora lo que va a discutir, precisamente el Consejo Europeo, mañana, es la posibilidad de establecer un fondo, no tanto para préstamos, sino para política estructural de la propia Unión Europea, gestionado por la propia UE, con emisiones financieras de la propia Comisión, probablemente soportadas en una deuda de muy largo plazo, o quizás, permanente, quizás soportada en una nueva fiscalidad propia de la Unión Europea, con recursos propios de la propia Unión.

    Todo esto, si uno lo mira y lo compara con lo que fue la reacción a la crisis del 2008 es de una extraordinaria importancia; porque la Unión está funcionando. Si este fondo estructural del billón y medio que se está hablando se pone en vigor al servicio de políticas, de la Comisión y de los Estados al combate de esta crisis, el salto desde el punto de vista de la arquitectura económica y financiera, inclusive de la solidaridad interna de la Unión, es de unas dimensiones extraordinarias. Por tanto, mi impresión es que también de esta crisis saldremos avanzando y construyendo más Unión Europea.

    A continuación Ángel Durández se dirigió de nuevo a Rebeca Grynspan: nos has expuesto un gran panorama de todo lo que pasa en el continente americano. Te quería preguntar Rebeca: Iberoamérica como espacio multilateral recobra fuerza ante el Covid19, entre otras cosas, por el simple hecho de permitir que la comunidad de países compartan información sobre la epidemia. Sabemos, por ejemplo que, a grandes rasgos, la curva de contagios europea precede por una o dos semanas a la de los países de América Latina, lo cual permite que éstos reciban una experiencia adelantada de la crisis. ¿Cómo han sido estas semanas de trabajo? ¿Podrías compartir con nosotros qué acciones han surgido de esta comunicación trasatlántica? Y otra pregunta: Tú que eres miembro de la Comisión Mundial sobre el futuro del trabajo de la OIT, ¿cuál se espera que sea el efecto del Covid19 sobre el mercado laboral? ¿Estás preocupada por los números de paro que ya se han venido anunciando en los distintos países del mundo?

    Contesto primero la segunda: sí estoy muy preocupada, Ángel, porque como te decía antes, la estimación de aumento de desempleo en la región, según CEPAL es 11,6 millones de trabajadores y de unos 30 millones más de pobres. Todos los latinoamericanos que están aquí conmigo entienden que esto nos tira atrás una década, en términos de los avances que se habían hecho en la región en estos dos aspectos.

    Este es un escenario pasivo y evidentemente los resultados finales dependerán de lo que hagamos. Pero el escenario pasivo es muy preocupante. Además creo que, como miembro de esta Comisión que hemos estudiado las tendencias, con sinceridad tenemos que decir que cuando la economía se recupere no todos los empleos que se perdieron se van a lograr reestablecer. Probablemente veamos en esta crisis lo que ya hemos visto en otras crisis y es que las empresas se hacen mucho más productivas y ahorradoras de mano de obra después de una crisis de esta naturaleza; que el cambio tecnológico que estábamos viendo se va a acelerar, que vamos a ver una disrupción en el comercio internacional y sectores que son muy importantes para algunos de nuestros países, como el sector servicios y el sector turismo, se van a recuperar mucho más lentamente. Creo que también se va a fortalecer la tendencia del reshoring que ya estábamos viendo en algunos sectores se va a acelerar la automatización y la digitalización. También pienso que va a haber de nuevo un aumento de la desigualdad en el mercado laboral y que el tema del personal no cualificado – versus el personal cualificado – va a sufrir enormemente por más tiempo el desempleo y probablemente con una necesidad de capacitación adicional para volver al mercado laboral.

    Por todo ello, sí estoy preocupada y creo que vamos a necesitar gran apoyo fiscal y digo con sinceridad que no creo que todas nuestras democracias puedan aguantar un deterioro sin que la política pública pueda responder a muchas de las necesidades que van a surgir. En las manos de la política pública van a estar muchas vidas humanas y por lo tanto el fortalecimiento de lo público va a tener que ser apoyado por las medidas económicas, sociales y sanitarias necesarias.

    De nuevo toma el Sr. Durández la palabra para preguntar al Sr. Jáuregui: hay un amplio debate sobre la globalización después del virus; muchos creen que la globalización es irreversible, pero otros piensan que habrá un frenazo a la globalización y una cierta re nacionalización del mundo. ¿Cuál es tu pronóstico? Por otro lado, Europa y América Latina después del Coronavirus es el tema central de nuestro coloquio, ¿cuál es el futuro de esas relaciones? ¿qué papel tendrá China en ese continente, en América Latina? ¿Que va a hacer Europa en América Latina?

    Responde el Sr. Jáuregui empezando por el debate de la globalización: Yo no creo que el debate sea si va a haber más o si va a haber menos. Creo que el problema y la conclusión de lo que está pasando es que tiene que haber una mejor globalización, una globalización más ordenada, más regulada. Esta es mi convicción.

    Pienso que ya había fuertes corrientes, antes del virus, que cuestionaban la globalización, de hecho las guerras comerciales, las guerras tecnológicas, inclusive las corrientes más nacionalistas o populistas de muchos signos ya eran contrarias a la propia globalización y, ciertamente, también se estaba discutiendo antes si los costes que trasladábamos al exterior en la cadena de subcontratación merecían la pena porque ya no eran tan bajos como para seguir manteniendo una deslocalización tan intensa.

    Lo cierto es que creo que vienen nuevas reflexiones sobre lo que ha pasado y una de ellas es, ciertamente, que puede ahondarse en el sentimiento de que es la Nación la que protege, la que defiende, la que cura, la que salva y hay una tentación re nacionalizadora, inclusive en la recuperación de una capacidad estratégica para producir lo que habíamos deslocalizado.

    Ahora bien, yo creo que la conclusión fundamental tiene que ser: a) que comprendamos que el virus ha puesto también de manifiesto que somos todos, sin fronteras, vulnerables; que todos somos interdependientes y por ello que la solución también tiene que ser global. Por tanto, ya tenemos una nueva razón de fondo, estructural, a favor de una globalización, de una cooperación mejor y eso me lleva a las tres conclusiones que para mí son claves por resumir en torno a lo que debiéramos de hacer:

    En primer lugar, fortalecer las mesas de la gobernanza porque realmente desde la OCDE hasta el G20; desde el Fondo Monetario al Banco Mundial; desde la Reserva Federal al Banco Central; todos tenemos que cooperar en torno a una nueva ordenación y a esa globalización que, por cierto, no puede frenarse porque de hacerlo, provocaría un daño económico brutal puesto que si ahora se produjera un stop en la globalización, el daño que añadiríamos al daño que está produciendo la propia crisis, sería enorme. Por tanto, una mejor gobernanza sería la primera conclusión.

    La segunda es, quizás, una cierta recuperación de soberanía estratégica; pero esto en clave europea, no es una recuperación nacional. No tengo que recuperar que España tenga una máquina para producir mascarillas. Es Europa la que tiene que reconsiderar su soberanía industrial, su sistema tecno-productivo y probablemente eso nos va a llevar a una planificación, a una ordenación mejor de nuestro sistema alimentario, de nuestra producción de medicamentos, de nuestra producción de energía, de agua o de productos químicos.

    Y en tercer lugar, yo diría que tenemos que evitar los desajustes de la globalización, especialmente en el ámbito del dumping económico, el dumping social y el dumping medioambiental y también en relación con el comercio internacional, Rebeca decía hace un momento que va a haber un frenazo al comercio internacional. Eso no será bueno y creo que tenemos que intentar ordenar ese comercio internacional.

    Y en relación a la segunda pregunta: de lo que ha dicho Rebeca se desprende que Europa y España tendríamos una tarea fundamental para insistir, para influir en los órganos internacionales, en los organismos internacionales, sobre todo el Fondo Monetario para que pongan al servicio una respuesta financiera rápida. Ella lo ha dicho y yo coincido plenamente, porque también lo han planteado los ex Presidentes Lagos y Cardoso cuando han reclamado que el Fondo Monetario ponga una cantidad como un billón de dólares en derechos especiales de giro para que pueda proporcionarse ayuda financiera a unos Estados que no tienen capacidad fiscal para arbitrar medidas y tampoco tienen un organismo internacional como tiene Europa que le va a prestar ayuda. Yo insistiría en que no podemos perder influencia política, social, solidaria de Europa y de España en América Latina.

    COLOQUIO ABIERTO

    Se abre el turno del coloquio con los asistentes y el moderador da la palabra al Vicepresidente de la Fundación, José Ignacio Salafranca: Muchas gracias Ángel por esta oportunidad; quiero también agradecer y felicitar a Rebeca y a Ramón por sus reflexiones y por sus aportaciones en un contexto, como apuntaba Rebeca, en el que hay, yo diría, más incertidumbres que respuestas y en ese contexto, me gustaría formular una pregunta a cada uno.

    Empezando por Ramón: Como nos recordabas, mañana se va a reunir el Consejo Europeo para intentar dar una respuesta armonizada y unitaria de la Unión ante la crisis desatada por el Coronavirus y ante la mesa del Consejo va a haber varios documentos: el presentado por la Presidenta de la Comisión, el presentado por el Presidente del Consejo Europeo, el documento y las conclusiones a las que llegó el ECOFIN y también varias aportaciones de Estados miembros, incluida España. Es evidente, aunque no será la única conclusión a la que se va a llegar mañana, que una parte de esa gran respuesta va a tener que venir articulada por el debate presupuestario sobre el Marco Financiero Plurianual 2021-2027. También ayer la Comisaria finlandesa Urpilainen, que se ocupa del desarrollo, ha dado unos datos muy interesantes sobre la contribución de la Unión Europea al desarrollo que constituye el 52% de la ayuda a nivel mundial y que entre la Unión Europea y los Estados miembros se eleva del orden de 75 mil millones. Ramón, la pregunta es muy concreta. Hay una presión tremenda para que una parte sustancial de ese plan de relanzamiento económico se inserte en el MFP y ahí, como tú sabes bien en el tiempo que compartimos en el Parlamento Europeo, en este anteproyecto con la creación de un mecanismo financiero único para la ayuda al desarrollo – donde se incorpora en el Fondo de Ayuda al Desarrollo la ayuda para América Latina – AL no sale muy bien parada. ¿Crees que estamos a tiempo todavía, en este cuarto de hora del debate presupuestario, de intentar mejorar la contribución de la Unión para América Latina?

    Pregunta para Rebeca: Más allá de las ayudas financieras es evidente que las oportunidades que generan los acuerdos de asociación con su dimensión comercial que proyecta la Unión Europea son elementos muy interesantes, particularmente en el contexto que tú nos has presentado a la luz de las estimaciones de la CEPAL, de esta reducción dramática del 5,2% del PIB para la región latinoamericana; de una reducción importantísima del comercio; se han estimado en más de 15 mil millones la reducción de las exportaciones para el año que viene, con una caída del comercio sustancial también para la Unión Europea (el Comisario de Comercio el otro día nos hablaba de más de 250 mil millones). En ese contexto te querría preguntar: Tú que has sido una ardiente defensora de los acuerdos de asociación entre la Unión Europea y el Mercosur, ¿cómo ves la necesidad en estos momentos de acelerar los trámites de la negociación europea del Mercosur; cómo acelerar México y Chile; cómo verías – no sólo pensando en la urgencia de lo inmediato que entendemos que es en este momento lo más perentorio sino pensando un poco más a medio plazo – aprovechando este mandato en el que hay un alto representante español para la política exterior de la Unión Europea, tratar de armonizar los distintos acuerdos que tiene la Unión Europea con el conjunto de los países de América Latina en un acuerdo global que, con las adaptaciones necesarias, pudiera dar una respuesta a esa necesidad global de construir una asociación estratégica biregional?

    Última pregunta, la Unión Europea tiene entre 8 y 10 representantes especiales (no recuerdo exactamente la cifra) para el mundo: hay para Oriente Medio, para Asia, para distintas situaciones de conflicto. ¿Crees que sería bien recibido por América Latina que se nombrase un representante especial de la Unión para las relaciones con América Latina en esta particular coyuntura?

    Comienza la Secretaria General Iberoamericana su respuesta: Yo siempre pensé, y era parte de mi defensa de los acuerdos de asociación, que estos acuerdos con la Unión Europea nos iban a dar una posibilidad de integración a la misma América Latina.

    Ustedes me han oído decir que si pasa el acuerdo de asociación con el Mercosur, casi todos los países de América Latina tendrían un acuerdo de asociación con Europa. Y, por lo tanto, como bien dice Nacho, podríamos ir a una convergencia de normas técnicas y de normas de origen para una mayor integración regional. Creo que, en estos momentos, la integración de América Latina es más importante que nunca porque, precisamente, en esa disrupción de las cadenas globales de valor, las cadenas regionales de valor comienzan a adquirir una importancia especial; y además porque sabemos que el comercio regional privilegia más a las pequeñas y medianas empresas que van a necesitar muchísimo apoyo en nuestro resguardo del tejido empresarial de la región.

    Así que personalmente creo que vamos a necesitar, ante esa realidad del comercio internacional, fortalecer esa asociación estratégica con Europa porque los empleos de calidad no van a venir de la apuesta a las materias primas, ni solo a los alimentos; y los jóvenes van a ser de los más afectados en esta crisis y los que van a buscar, por sus capacidades, mejores empleos que tienen que venir de un comercio de mayor calidad. Dicho esto, creo que habrá fuerzas en el sentido contrario y, bien lo decía Ramón, para América Latina la disrupción del comercio internacional es tremenda porque nosotros hemos crecido integrados al mundo, nos hemos abierto al mundo la mayoría de los países. Pero lo cierto es que las tendencias proteccionistas en América Latina se verán fortalecidas si se ven fortalecidas también en el resto del mundo. Ojalá que esto segundo no suceda pero me parece que habrá fuerzas políticas – perdón que lo diga de esta manera – que sacarán las conclusiones equivocadas de esta crisis y nos toca a nosotros tener una voz para que saquemos las conclusiones correctas a favor de más cooperación, más multilateralismo, más solidaridad y también más integración entre nuestros países.

    A continuación, Ramón Jáuregui toma la palabra: yo respondería a la pregunta de Nacho diciendo que la reunión de mañana del Consejo es muy importante pero no será la última porque, ciertamente, no se va a aprobar mañana. El Fondo tiene una dimensión y una importancia estratégica en la construcción de la Unión Europea enorme y, por supuesto, creo que hay que integrarlo en el marco financiero plurianual, en la previsión de los próximos 7 años desde el punto de vista financiero.

    Segundo, lo importante es que se apruebe el Fondo; yo creo que, yendo por orden a las prioridades, lo importante es que Europa consiga un acuerdo en torno a este Fondo, que tengamos un fondo estructural para los próximos años, que ayude entre Comisión y Estados a resolver la crisis enorme que se va a producir en estos próximos años.

    En tercer lugar, lo más importante es también que Europa mantenga ese porcentaje de cooperación con el mundo y, evidentemente, en ese contexto también con América Latina y África en particular. Creo que en nuestra capacidad de intervención en este momento hay que trabajar para que este Fondo se apruebe, pero quiero recordar que el propio Parlamento Europeo en la resolución que aprobó la semana pasada – por la gran mayoría de los grupos políticos, grupo popular, grupo socialista y grupo liberal – una ayuda humanitaria a América Latina de 190 millones de euros para esta crisis y espero que esa participación, aunque no es la que desearíamos en la cooperación con América Latina, se mantenga si este marco financiero plurianual se aprueba con este Fondo.

    El moderador comienza a formular a los dos ponentes las preguntas que ha recogido del público asistente: Eva Monroy pregunta: ¿Es esta pandemia un freno a la globalización? ¿Vamos a encaminarnos claramente hacia la desglobalización y desunificación de líneas de suministro?; ¿vamos hacia el insourcing o a reorientar la capacidad productiva a tu propio continente? subida del coste del trabajo, más poder del trabajador para negociar frente al empresario en el corto plazo ¿qué pensáis de todo esto?

    Javier Fernández, del Parlamento Europeo en Bruselas: Querido Ramón, querida Rebeca ¿Cuál es, en vuestra opinión, el impacto previsible de la pandemia Covid-19 para las relaciones a cuatro bandas Unión Europea – América Latina y Caribe – Estados Unidos -China?

    Carlos López Blanco pregunta: Antes de la pandemia el debate sobre la integración regional latinoamericana, indispensable para afrontar el S. XXI, había perdido prioridad. Esta crisis parece que va hacer perder a este debate, todavía más prioridad. ¿Es posible esto?

    Rebeca Grynspan comienza su turno de respuestas: En relación a si esta situación es un freno a la globalización y vamos a la desglobalización, no lo sé. Pero si fuéramos a un freno a la globalización me parece que será temporal y creo que el tema es cómo se va a dar el balance entre lo que Ramón llamaba algunas reservas estratégicas vis a vis el comercio internacional porque es cierto que de ese balance va a depender lo que vayamos a ver en el mediano plazo.

    Lo que sí va a haber es una debilidad en la negociación con respecto a los trabajadores y probablemente el límite para ello sea la reacción de la ciudadanía. En un momento de mucho mayor desempleo podría haber una mayor precarización del empleo y eso nos podría llevar a una reacción ciudadana, por lo menos en nuestros países. El sentido de la pregunta es cómo van a responder las instituciones y lo más importante aquí será un diálogo mucho más fructífero entre el sector privado y el sector público. Cuando hablamos de un nuevo contrato social, la ocupación de las empresas y del sector privado será fundamental. Yo creo que habrá un nuevo contrato social. ¿Cuáles serán los vaivenes de ese proceso? Es muy temprano para que podamos decirlo; las incertidumbres, como bien decía Ignacio, son muy grandes pero no hay ninguna duda, para mí, de que iremos hacia una nueva composición de ciudadanía, sector público y sector privado.

    En términos de Unión Europea-América Latina-Estados Unidos y China, que es la otra pregunta, me preocupa la fragmentación del mundo occidental, el alejamiento de Estados

    Unidos y la “no preocupación” de Europa con respecto a América Latina, que podría ser un socio muy importante. China será un factor importante y puede ser muy positivo pero en un mundo sin fronteras y multilateral. La pregunta es si eso es lo que vamos a ver en los próximos años.

    Y con respecto a la integración, la pregunta de Carlos, es que hoy esa integración es más importante que nunca. ¿Lo lograremos hacer? Tenemos que ser nosotros voces para que vayamos en esa dirección. Si vamos en la dirección contraria iremos a un mundo peor. En el pasado hemos visto que las crisis económicas, en vez de llevarnos a cooperación y coordinación, nos lleva a más fragmentación y enfrentamiento.

    Continúa Ramón Jáuregui: Muy resumidamente diría que no hay una regla que establezca que vaya a haber una limitación al outsourcing. Es decir, la capacidad de deslocalizar en la cadena de suministro de las compañías no se va a parar de golpe porque muchísimo del sistema productivo mundial está sustentado en cadenas que no van a cortarse de un día para otro. Lo que sí es evidente es que algunos elementos empiezan a establecer la demanda de una limitación al outsourcing y, por tanto, de una relocalización, bien porque los costes ya no compensan problemas logísticos o de transporte; bien porque de esta crisis va a salir la conclusión de que hay que recuperar soberanía estratégica en algunos conceptos, en algunos materiales, en algunos suministros. Pero creo que Europa – al igual que Estados Unidos y otros espacios potentes del mundo – va a determinar que su sistema productivo sea capaz de producir elementos que puedan resultar necesarios para una crisis o para una pandemia o para otro tipo de crisis que se puedan plantear. Por tanto, sí va a haber una cierta nueva planificación de la política en relación con la subcontratación y en relación con el outsourcing, pero no cabe establecer una regla fija.

    En el cuadro de las influencias, para la segunda pregunta, creo que China está más presente que nadie – más que Estados Unidos y más que Europa – en este momento en América Latina. No sé si eso es bueno o es malo. Pero creo que tiene menos capacidad de acción sobre los países latinoamericanos, porque a su vez China tiene dos problemas importantes: una enorme carga de deuda pública y una capacidad de política fiscal menor que la que tenía en el 2008, porque ahora está empleando gran parte de su propia política fiscal para recuperar su propio crecimiento, que ha bajado al 1% y necesitan volver a incrementarla 4, 5 ó 6 puntos a su crecimiento de PIB. Europa debía de considerar seriamente, no solamente en función de sus intereses, sino también en función de su influencia política en la región, una mayor intervención económica.

    Por último creo que la integración regional, que es uno de los problemas claves, como bien decía Carlos en su pregunta de América Latina, no va a mejorar si no se resuelve una incógnita interior que está ahí, que se llama Venezuela. Muy probablemente la fractura que sufre la región no se va a resolver de la noche a la mañana si no se resuelve una salida democrática al tema de Venezuela. Aprovecho que está con nosotros Roberta Lajous desde México como presidencia pro tempore y dirigiendo en este momento la CELAC, para decir que es una oportunidad que tenemos que aprovechar. También pienso que la crisis debiera de favorecer que CELAC pudiera ir produciendo, en ese terreno pragmático de las cosas del día a día, una mayor capacidad de conexión regional. ¡Ojalá que así sea!.

    Interviene ahora del Embajador del Perú, Claudio de la Puente: He seguido con mucho interés los comentarios, siempre lúcidos, de Rebeca y Ramón sobre las respuestas en América Latina y la Unión Europea. El diálogo, la cooperación global, la solidaridad son indispensables y destaco algunas iniciativas como el diálogo por videoconferencia el 20 de abril de la Canciller González Laya con 7 Cancilleres latinoamericanos, el del Perú entre ellos, y la declaración adoptada el 16 de abril por 13 países del grupo ministerial de coordinación internacional para hacer frente al Covid19, entre ellos 3 de América Latina (Perú, México y Brasil). Retos: mitigar el impacto de la pandemia en la salud, la economía, el comercio o el transporte; una respuesta sanitaria sólida; mantener la conectividad; el flujo de bienes y servicios; el acceso justo, transparente, eficiente de equipos; y más importante, compromiso a trabajar con todos los socios internacionales, en todos los niveles bilaterales, regionales, plurilaterales. Si algo bueno dio esta crisis global es el fortalecimiento del multilateralismo.

    Pregunta de la exCanciller de Argentina Susana Malcorra a Rebeca Grynspan: ¿Sientes que hay sensibilidad suficiente en los organismos internacionales, el sector financiero y las clasificadoras de riesgo respecto a la flexibilidad necesaria para abrir el espacio fiscal necesario?

    Pregunta también del exCanciller del Perú y representante de Caf para Europa, José García Belaunde: La ausencia de la ONU en esta crisis, la obvia falta de solidaridad de la Unión Europea, el FMI y el Banco Mundial sin iniciativas y Estados empoderados ¿no tendrán un efecto sobre la globalización, la gobernanza internacional, después de la pandemia?

    Toma la palabra Ramón Jáuregui para contestar: Dejo que termine Rebeca y simplemente señalar, a propósito de esta última pregunta y agradeciendo previamente el comentario del Embajador (García Belaunde), que justamente lo que está poniendo de manifiesto esta crisis es que Naciones Unidas y sus Agencias, entre otras la OMS, son imprescindibles.

    Ahora que Estados Unidos anuncia que quizás la abandonen en su financiación, yo me planteo seriamente si no será justamente la Organización Mundial de la Salud la que garantice que si hay una medicación que resulte suficiente para curar el virus, que si hay una vacuna mañana se pueda extender al mundo entero. ¿Las compañías farmacéuticas facilitarán que se puedan extender al mundo entero? o ¿se lo quedará un país? La OMS, las Naciones Unidas, reconocen el derecho humano que tenemos a ser sanados. Pienso que es muy importante que reivindiquemos el papel de la OMS y de las Naciones Unidas como base de esa gobernanza global, al margen de que su papel sea más o menos exitoso, pero ese es el camino y esas bases tenemos que fortalecerlas.

    Rebeca Grynspan realiza la última intervención: Agradecerle a Claudio (de la Puente) por su comentario. Desde Iberoamérica estamos colaborando con CELAC y con lo que está haciendo Roberta (Lajous) en cooperación en ese campo y hemos activado muchas redes dentro de la región, que ha sido promotora de muchas resoluciones, entre otras la que ha sido aprobada por el 93% de los países en la Asamblea General sobre medicamentos, vacunas e insumos médicos. También hemos impulsado algunas de las manifestaciones y comunicados a nivel personal y en nuestras redes de autoridades, ministerios de salud, de las agencias de datos, de los Cancilleres, así como también en los diálogos con González

    Laya. Nos estamos replanteando todo: la Cumbre y las actividades. Estamos muy activos; los llevo a nuestra página para no seguir por ahí.

    Susana (Malcorra), gracias por tu pregunta. Lo hemos comentado, yo estoy muy preocupada por la falta de coordinación de las calificadoras de riesgo, el Fondo Monetario y el Banco Mundial. Las instituciones de Bretton Woods tienen que tener mucha más coordinación entre ellas. Las calificadoras de riesgo están fuera del diálogo y por lo tanto siguen haciendo muchas cosas que afectan negativamente a la región. Sólo para que ustedes sepan, el estrés en el mercado internacional de la deuda de América Latina se ha duplicado en los últimos tiempos y por lo tanto si un país trata de coger recursos fiscales para atacar la pandemia, dedicarlos a salud y a salvar vidas, se le va a ir “lo comido por lo servido” porque va a tener que pagar una deuda mucho más cara para poder financiar. Hay países que ya ven con mucha dificultad su financiamiento internacional. Ahí nosotros debemos proponer una gran coalición de los países de ingreso medio, porque el alivio de la deuda va para los 25 países más pobres del mundo. Pero los países de ingreso medio y los países emergentes están fuera del radar de la ayuda y de los instrumentos internacionales para hacerle frente a esta pandemia. Yo creo que sería fatal, no sólo para nuestra región sino para el mundo entero; sería una disrupción de magnitudes increíbles si no la atajamos.

    Ángel Durández cierra el acto: Lo dejamos aquí con las palabras de la Señora Grynspan de una gran coalición para los países de economía media; idea profundamente original y merecedora de que le echásemos más de una pensada. También me quedo con lo que decía Ramón con respecto a que la Unión Europea ni por asomo va a desaparecer.

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